Ucrania avanza en su plan de paz. Estados Unidos puede ayudar.

Kiev busca una "cumbre de paz" en medio de las reuniones de la ONU el próximo mes. Se están llevando a cabo conversaciones preparatorias.

Jueves 3 de agosto de 2023 /Por:Sasha Pippenger

Tipo de publicación:Análisis y comentario

Si bien la contraofensiva de Ucrania contra la invasión rusa atrae la atención mundial en el campo de batalla, el gobierno del presidente Volodymyr Zelenskyy también está ocupado impulsando una iniciativa diplomática: una cumbre de paz para generar impulso y cohesión entre los socios internacionales en su plan de paz de 10 puntos. Estados Unidos debería ser un líder en el respaldo de este esfuerzo diplomático, que está en la agenda de este fin de semana en las conversaciones multilaterales en Arabia Saudita. Ampliar la aceptación internacional del plan de paz de Ucrania sirve a los intereses de Estados Unidos. Puede cortocircuitar iniciativas de paz menos constructivas y reforzar una norma internacional cardinal: un agresor que lanza una guerra no provocada no puede esperar fijar los términos de la paz después.

Zelenskyy presentó los 10 principios de Ucrania para la paz en noviembre pasado en una conferencia del Grupo de los 20 países, y su gobierno ha estado buscando apoyo internacional para ellos durante meses. Un plan de paz, una vez finalizado con un amplio apoyo internacional, podría servir como plataforma compartida para eventuales negociaciones multilaterales que ayuden a poner fin a la guerra. Aunque los líderes ucranianos no tienen prisa por volver a sentarse a la mesa con los rusos, reconocen que algún tipo de negociación eventualmente será necesaria, ya sea para alcanzar un acuerdo político integral o simplemente para discutir tecnicismos después de una victoria militar. Estados Unidos debería seguir este ejemplo y empezar a pensar en la mejor manera de apoyar diplomáticamente a Ucrania cuando llegue a esta coyuntura.

Todas las señales de los funcionarios en Kiev indican que Ucrania prevé que las negociaciones finales sean un asunto estrictamente multilateral. Después de haber soportado tensas negociaciones bilaterales con los rusos durante las primeras etapas de la guerra en marzo y abril de 2022, los líderes ucranianos se muestran rotundamente reacios a considerar la posibilidad de reanudar ese formato. La única mesa de negociaciones en la que desean sentarse ahora es una en la que Estados Unidos y otros socios estén sentados hombro con hombro junto a ellos.

Una de las razones de la firmeza de los ucranianos en este sentido es el agonizante fracaso del esfuerzo de paz de ocho años mediante las conversaciones de paz del “Formato de Normandía”. Ucrania aceptó a Francia y Alemania como mediadores en esas conversaciones poco después de que Rusia invadiera Ucrania en 2014, apoderándose de Crimea y parte del sureste de Ucrania, en el Donbas. Esas conversaciones dieron lugar a dos acuerdos firmados en la capital bielorrusa, Minsk, en 2014 y 2015 que no lograron la retirada de Rusia ni el fin de la violencia. Dada esa historia, es comprensible que los ucranianos desconfíen de las conversaciones multilaterales que no incluirían a Estados Unidos. Consideran que la participación de Estados Unidos es una condición para reanudar las conversaciones con el régimen de Putin.

Para lograr el mayor apoyo posible al plan de Ucrania, el equipo de Zelenskyy ha estado realizando un constante trabajo diplomático. En junio (el fin de semana en que Yevgeny Prighozhin, líder del Grupo Wagner de Rusia, acaparó la atención mundial con el drama de su breve motín contra Putin), el jefe de la oficina del presidente Zelenskyy, Andriy Yermak, estaba preocupado por otras prioridades. Estuvo en Copenhague para discutir el enfoque de Ucrania con sus homólogos del Grupo de los Siete, así como con Arabia Saudita, Turquía, Brasil, India y Sudáfrica.

Este fin de semana, Ucrania buscará impulsar estos esfuerzos en conversaciones en Jeddah, Arabia Saudita, una sesión que, críticamente, se espera que incluya a un alto funcionario chino, según informes de prensa. Llegar a una hoja de ruta común para la paz con China, que ha presentado su propio plan de paz, agregaría un impulso sustancial al enfoque de Ucrania en las conversaciones de paz. Ucrania ha dejado claro que, si bien buscará adaptarse a las opiniones de sus socios a medida que refine las disposiciones, insistirá en que la fórmula de Ucrania siga siendo la base de cualquier plan de paz multilateral.

Estas consultas están sentando las bases para una eventual cumbre de paz entre jefes de Estado que Ucrania ahora pretende celebrar al margen de las reuniones de la Asamblea General de la ONU del próximo mes. Para lograrlo, Ucrania necesitará en sus consultas a nivel de trabajo construir unidad en torno a una plataforma común. Esto significará garantizar que los gobiernos clave intrigados por otros planes, como los difundidos por China o por un grupo de siete estados africanos, sean persuadidos a apoyar el texto de Ucrania. En segundo lugar, convocar una cumbre de paz encabezada por Ucrania junto con las reuniones de la ONU probablemente requerirá el apoyo de algunos o todos sus países socios habituales en el Consejo de Seguridad de la ONU (Gran Bretaña, Francia y Estados Unidos) para persuadir al secretario general de la ONU, Antonio Guterres, de que permita la cumbre en ese momento. La dificultad para Guterres es que dicha cumbre excluiría deliberadamente a Rusia y, por lo tanto, inevitablemente exacerbaría las tensiones en la ya profundamente disfuncional atmósfera dentro del Consejo de Seguridad.

No es un trabajo fácil, pero Ucrania está claramente dispuesta a esforzarse para lograrlo. Una cumbre de paz podría ayudar a completar y ratificar un enfoque realista para lograr la paz en Ucrania. Estados Unidos puede ayudar a impulsar este esfuerzo, no sólo con su participación en las próximas reuniones diplomáticas, sino también acercándose a otros actores que Ucrania desea incorporar al esfuerzo, en particular países del Sur Global.